En los dos ??ltimos a??os los sentimientos autonomistas se enfriaron como lluvia de verano, de golpe y sin apenas explicaci??n fiable. Fue un ventarr??n emocional: las aspiraciones regionales (provinciales) pasaban, apenas deteni??ndose el tiempo justo para la descentralizaci??n, rumbo a la autonom??a. La euforia de las ??lites y de los habitantes de las provincias autonomistas fue calm??ndose, por los sucesos pol??ticos, la inoperancia al dise??ar cierta l??nea autonomista o descentralizadora a seguir y el desaforado af??n de los organismos ejecutivos centrales (ministerios, corporaciones y empresas estatales) en frenar y luego detener definitivamente los procesos descentralizadores. De los ministerios y otros organismos del Estado, salieron comisiones... |