Resumo: |
El 16 de abril, en el marco de la I Cumbre Energética Suramericana celebrada en la isla Margarita, Venezuela, los mandatarios de 12 países de la región decidieron conformar la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR). Como lo manifestó el presidente venezolano Hugo Chávez, el propósito es construir una “verdadera integración en las áreas energética, económica, política”, superando las visiones y las prácticas parciales de los dos proyectos de integración vigentes en la región: la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y el Mercado Común del Sur (MERCOSUR). La expansión financiera de los países centrales, liderada por el capital norteamericano desde la década del setenta, empieza a agotarse y se abren nuevas coordenadas para la integración. La expansión de las economías de China, India, Brasil y Sudáfrica no entra totalmente en la lógica de las presiones del FMI, sobre todo en el manejo de la política monetaria. Así, se estarían conformando polos que compiten con el centro y que pueden empezar a actuar como ejes sub-imperialistas en sus respectivas zonas de influencia. La disyuntiva central la hallamos en la posibilidad de articularnos a la coordenada Este- Oeste (China-Brasil) o en construir una coordenada autocentrada bolivarina.
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