Resumo: |
Muchos descubrimientos y teorías fundamentales de la ciencia se han basado en el estudio de organismos insulares (e.g., Darwin, 1859; Wallace, 1902). El reducido tamaño de muchas islas, sus discretos límites, su aislamiento geográfico, su corto tiempo de existencia y el bajo número de especies que las habitan -todas estas variables en comparación con los continentes- hacen de ellas ideales "laboratorios de investigación natural", donde el origen, evolución y ecología de los organismos pueden ser estudiados de una forma relativamente fácil (MacArthur y Wilson, 1967; Mayr, 1967; Gorman, 1979). Comparadas con los continentes o con las islas continentales, las islas oceánicas presentan comunidades biológicas relativamente simples y una riqueza de especies baja, que contrastan con una gran abundancia de individuos y altos niveles de endemismo (Whittaker y Fernández-Palacios, 2007)
INVEMAR
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