Asumir a las industrias culturales sin m??s, como cualquier otra industria, nos confrontar??a con enormes dificultades, algunas de las cuales fundaron los tempranos debates de la Econom??a pol??tica de la comunicaci??n y la cultura. En este art??culo reflexiono sobre los rasgos propios de estas industrias y de la televisi??n en particular, en dos aspectos: primero observando en cu??nto difieren de cualquier otro proceso industrial de producci??n de mercanc??as por las caracter??sticas del trabajo que objetivan y la constituci??n de su valor, y en segundo lugar ???aunque necesariamente de manera muy sumaria??? por las limitaciones de la disciplina cuando se la asume de un modo que escinde a sus objetos de la totalidad de lo social. |