Ante el abandono del campo mexicano de parte de sus pobladores, resultado del proceso de apertura comercial que ha conocido el país desde hace treinta años, y que se ha traducido en empobrecimiento y migración de los campesinos, resulta importante buscar alternativas. Volver a valorar productos tradicionales, enraizados en las culturas locales, con una fuerte carga de identidad y buscar la activación de un desarrollo local en torno a estos productos mediante actividades no solamente agrícolas sino también turísticas es una opción para algunas comunidades. El caso de una sal de origen prehispánico, cuyos usos han sido no solamente alimentarios sino curativos, ofrece estas posibilidades. La Ruta de la Sal, en Zapotitlán de las Salinas, Puebla, es un proyecto... |