A partir de la constatación de que la sociedad chilena, en un contexto de elevado crecimiento económico, se encuentra polarizada (sociedad dividida en dos extremos) en términos de precarización laboral (Casen 2006), y con respecto a algunos elementos que definen la conformidad con el régimen democrático (Latinobarómetro 2005) y con el sistema económico (IDH 2002), nos hacemos dos preguntas. Primero, nos interrogamos por la capacidad explicativa que tiene el ser o no un trabajador precarizado para dotar de legitimidad al régimen democrático y al sistema de estratificación que lo sostiene. Segundo, nos cuestionamos sobre el grado en que esta polarización laboral nos acerca al estallido de un conflicto radical. Para responder a tales interrogantes,... |