La iniciativa, por parle de las autoridades españolas, de organizar, junto con sus vástagos de ultramar, grandes festejos con motivo del V Centenario del "encuentro ele dos mundos", no dejó de despertar la inmediata indignación de amplios sectores de la población de América Latina (y también de la propia España), y en especial de los pueblos indígenas. ¿Se iba -se va- a celebrar exactamente qué? ¿La masacre de entre cinco y diez millones de aborígenes de estas tierras americanas? ¿El sometimiento a servidumbre de los sobrevivientes del genocidio, servidumbre cuyas secuelas subsisten pesadamente hasta nuestros días? ¿El racismo que igualmente perdura, como "herencia colonial", en los países de fuerte presencia indígena? |