El sector inmobiliario, como proceso que articula la producción y circulación del espacio edificado urbano, se constituye en uno de los reflejos más inmediatos de las transformaciones económicas y espaciales que experimentan las ciudades. Precisamente las dinámicas coyunturales de estabilidad y confianza, generadas por la dolarización de la economía ecuatoriana a principios del presente siglo, dinamizaron procesos de inversión, los cuales, asociados a lógicas tradicionales de renta, recursos descongelados del sistema financiero y capitales retornados del exterior, se orientaron a la adquisición de bienes raíces en un contexto de especulación, incremento de rentas percibidas por alquileres y altos índices de plusvalía. |