El aumento del delito, así como la incertidumbre ontológica, constituyen dos de los efectos más importantes que brotan de las transformaciones experimentadas por la sociedad moderna en los últimos años; su evocación no es en absoluto azarosa y menos aún antojadiza, responde a la “feliz” coincidencia que termina por producirse entre ambas y que ayuda a entender, en gran medida, por qué la delincuencia y su control devienen en una de las cuestiones sociales más apremiantes de la actualidad (Garland y Sparks, 2000:202). El riesgo y la inseguridad que se experimentan en el plano de las biografías individuales generan una sensación de caos y desorden que es difícil, por no decir imposible de aprehender, debido a lo complejo y elusivo de sus fuentes: desgaste en... |