En Santiago de Chile, parte importante de su ser es una realidad desmembrada, inconclusa y postergada. La ciudad no es preocupación de los políticos y de la política actual, no obstante afectar cada vez más la calidad de vida de las personas. El mercado gerenciando a la ciudad, ha multiplicado el predominio de lo privado por sobre lo público como forma de vida y tratamiento del espacio. De la marcada segregación física y social, lastre latinoamericano, se escapan sólo muy pocas áreas, como el pequeño núcleo central metropolitano que presenta cierto grado de integración. La indiferencia de los ciudadanos por la mantención y el mejoramiento de sus barrios, que mantiene a la ciudad en un grado permanente de precariedad. La fuerza de la especulación... |