A mediados de la década de 1990 el Aguilucho Langostero (Buteo swainsoni) se convirtió en uno de los casos paradigmáticos de los efectos negativos que tienen las prácticas agrícolas sobre la fauna silvestre en la Región Pampeana de Argentina. Sus hábitos de agregación espacial, de selección de hábitat y de alimentación, sumados a condiciones ambientales que favorecieron explosiones demográficas de insectos perjudiciales para los cultivos de la región, fueron factores que se conjugaron dramáticamente y que concluyeron en una serie de eventos de mortalidad por envenenamiento que afectaron aproximadamente 20000 individuos de esta especie, un 5% de la población total estimada por ese entonces. A pesar de que el insecticida causante de aquellas mortalidades ha... |