El negocio de los productos robados no es “marginal”, es un poderoso sector que mueve ingentes recursos económicos, y cuenta con un grupo social influyente que es capaz de infiltrarse en múltiples instituciones públicas y privadas con la aceptación de la población. Este negocio tiene un circuito económico con dos extremos identificados: el inicio está marcado por la sustracción de bienes, hecho perpetrado por personas especializadas en productos específicos; de tal manera, que cada objeto robado requiere una cadena de comercialización propia. |