Escribo este artículo inmerso en la actividad frenética de la Asamblea de Montecristi y lo que digo quizá no tenga, por eso mismo, la ecuanimidad y la distancia de un análisis más sobrio y reposado. Este es un artículo escrito al andar, animado por el calor de los debates y el frío del aire acondicionado, en medio del barullo de cientos de voces que se pronuncian en todos los tonos y timbres bajo el techo común y que se convierten en patrimonio de todas las mesas constituyentes, gracias a que los arquitectos que diseñaron el edificio de Ciudad Alfaro no tenían la más remota idea de la acústica. Esta Asamblea Constituyente ha sido elegida bajo el mandato del pueblo ecuatoriano de llevar a cabo una profunda transformación moral. Quiero subrayar que este...
Escribo este artículo inmerso en la actividad frenética de la Asamblea de Montecristi y lo que digo quizá no tenga, por eso mismo, la ecuanimidad y la distancia de un análisis más sobrio y reposado. Este es un artículo escrito al andar, animado por el calor de los debates y el frío del aire acondicionado, en medio del barullo de cientos de voces que se pronuncian en todos los tonos y timbres bajo el techo común y que se convierten en patrimonio de todas las mesas constituyentes, gracias a que los arquitectos que diseñaron el edificio de Ciudad Alfaro no tenían la más remota idea de la acústica. Esta Asamblea Constituyente ha sido elegida bajo el mandato del pueblo ecuatoriano de llevar a cabo una profunda transformación moral. Quiero subrayar que este...