Hace algunos años, cuando se discutía el problema del apartheid en Sudáfrica, y a propósito de ciertas posturas radicales que planteaban como solución la expulsión de la minoría blanca de ese país, un afrikaner hizo esta declaración: “mis antepasados llegaron a este país hace más de trescientos años, mi familia lo defendió con las armas de la invasión británica; por lo tanto, esta tierra es tan mía como de la mayoría negra”. Tal vez sin proponérselo la expresión contenía un mensaje implícito: al mismo tiempo que reivindicaba su derecho de pertenencia, el afrikaner admitía la contingencia de que los aborígenes africanos hubieran expulsado a las primeras dos o tres generaciones de europeos que conquistaron esas tierras. Haberlo hecho en aquellos tiempos... |